Siempre me han dado bastante respeto (por no decir miedo) los productos autobronceadores. Me imaginaba resultados desastrosos e imposibles de corregir y hasta ahora los había evitado.



Pero a fuerza de leer buenas reviews y ver a chicas que son súper fieles a un montón de productos de este tipo, me decidí a darles una oportunidad.

Como sabéis, he tenido dos bodas hace muy poco y no ha hecho tiempo como para poder coger algo de color de forma natural, además de que cada día estoy más paranoica con el tema de las arrugas y el daño que hace el sol en la piel, y me aplico más protector, por lo que estaba bastante pálida. En la primera boda me veía los brazos blanquísimos, pero como la falda era larga, no me preocupé. Pero el vestido de la segunda boda era corto y me estresaba algo más la idea de tener que lucir mi piel blanco-pollo.

Compré este producto casi por casualidad, porque pensaba que era bastante más caro y no me sentía muy dispuesta a hacer la inversión. Pero un día de estos que a veces en la hora de comer me paso por la perfumería de ECI, me topé con él.

Ya me había estado rondando por la cabeza la idea del autobronceador algún tiempo y cuando vi que marcaba 17€ pensé: Why not?

Me dió mucha confianza el hecho de que St. Tropez es una marca de la que llevo siglos oyendo hablar y tiene fama de ser de las mejores. Así que allá que me lancé.


La primera vez que me apliqué la crema no hice nada muy especial, lo único que tenía súper claro es que la piel tiene que estar muy bien exfoliada. Utilicé una exfoliante corporal en la ducha de la gama del Mar Muerto de Bottega Verde que va genial, sequé la piel, aplique la crema como una hidratante cualquiera y me lavé muy muy bien las manos después. Es sorprendentemente fácil. Pasé bastante miedo pensando que sí la ropa me tocaba el cuerpo quedaría desigual, que si me mojaba con agua quedaría parche... pero nada de eso.


Al día siguiente pude ver algo de tono, bastante sutil y natural, pero evidente. Quedó muy uniforme y se parecía mucho al moreno autentico que suelo coger en verano, me gustó mucho! La única parte en la que se apreciaba algo de color "raro" era en la cara interna de las muñecas, donde se hacen las arrugitas al doblar las manos. Utilicé un poco de exfoliante para el rostro y frotando bien mejoró enseguida. En la segunda aplicación, que realicé a los dos días, tuve más cuidado en esa zona y sin problemas.



Sólo con dos aplicaciones mi piel tomó un color bronceado muy bonito y natural, y la verdad es que he quedado encantada con este producto. Ahora ya no lo estoy usando porque este fin de semana abren mi piscina (yupiii!!) y no se como interferirá un bronceado falso con uno verdadero... Prefiero no comprobarlo!

Pero lo que sí tengo claro es que corro serio peligro de volverme adicta cuando lleguen los meses fríos, porque da un aspecto tan bonito y tan saludable... Estoy enamorada de este producto, y ahora me pregunto cómo he sido tan boba de no probarlo antes!

En definitiva, os lo recomiendo totalmente. Me parece un inventazo, sobre todo para chicas que no cojan color ni en verano por su tono de piel.

Vosotras utilizáis autobronceadores? Contadme en comentarios!

Nos vemos en las redes sociales!
 Youtube 
 Twitter