Es curioso cómo a veces los productos que menos te esperas son los que más te sorprenden, y eso es justo lo que me ha pasado con el combo para mejillas que os enseño hoy.
La marca The Balm nunca me había atraído demasiado, la primera impresión que tuve de ella fue que era una copia de Benefit: mismo estilo de packaging, mismos slogan con juegos de palabras en sus productos… y la verdad es que lo sigo pensando. Y sólo por eso, era una marca que evitaba. Lo cierto es que en este tiempo no he parado de leer y ver buenos reviews de sus productos, y buscando un colorete anaranjado me topé con Frat Boy. Viendo fotos en Google imágenes parecía ser justo lo que buscaba y además mate, que para mí en coloretes siempre es un plus. Así que me animé. Pero cuando me llegó y lo vi en vivo, me pareció de lo más soso. Nunca lo habría elegido en una tienda. Eso si, cuando lo probé en la piel la cosa cambió...
Por otro lado, en una de mis visitas a Sephora, estuve hablando con la chica del stand de MUFE sobre cómo me costaba encontrar coloretes que se difuminaran bien ya que tengo bastantes marcas y cicatrices de granitos en las mejillas. Ella me convenció de que el colorete en crema de MUFE al ser acabado en polvo, era lo que mejor me iba a ir porque no se iba a depositar tanto en las marquitas. Reconozco que era bastante escéptica, pero vaya si es verdad. Elegí el tono número 225.
Y bueno, la combinación de aplicar primero una capa fina del colorete de MUFE y poner encima un poco de Frat Boy… es preciosa. El Frat Boy le da al colorete de MUFE un punto más de intensidad, ya que por si solo éste último es un poco translúcido. Juntos dejan un color fresco y natural, y el difuminado queda perfecto muy fácilmente. Aplico ambos con la brocha biselada de Sigma y es la perfección. Justo lo que estaba buscando. Además dura muchísimo intacto en la piel!
Os dejo foto para que los podáis ver en acción:
En los labios llevo el labial Color Boost de Bourjois en el tono Peach on the Beach.
Cuál es vuestro combo favorito?